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4.03.2007

Hospital Británico (1986 - selección)



TENGO LA CABEZA VENDADA (texto profético lejano)
Mi cabeza para nacer cruza el fuego del mundo pero con una serpentina de
agua helada en la memoria. Y le pido socorro. (1978)

TENGO LA CABEZA VENDADA

Mariposa de Dios, pubis de María: Atraviesa la sangre de mi frente —hasta
besarme el Rostro en Jesucristo (1982)

TENGO LA CABEZA VENDADA (textos proféticos)

Mi cuerpo—con aves como bisturíes en la frente—entra en mi alma. (1984)

El sol, en mi cabeza, como toda la sangre de Cristo sobre una pared de
anestesia total. (1984)

Santa Reina de los misterios del rosario del hacha y de las brazadas lejos
del espigón: Ruega por mí que estoy en una zona donde nunca había
anclado con maniobras de Cristo mi cabeza. (1985)

Señor: Desde este instante mi cabeza quiere ser, por los siglos de los siglos,
la herida de Tu Mano bendiciéndome en fuego. (1984)

El sol como la blanca velocidad de Dios en mi cabeza, que la aspira y
desgarra hacia la nuca. (1984)

TENGO LA CABEZA VENDADA (texto del hombre en la playa)

El sol entra con mi alma en mi cabeza (o mi cuerpo —con la Resurrección—
entra en mi alma). (1984)

TENGO LA CABEZA VENDADA (texto del hombre en la playa)

Por culpa del viento de fuego que penetra en su herida, en este instante, Tu
Mano traza un ancla y no una cruz en mi cabeza.

Quiero beber hacia mi nuca, eternamente, los dos brazos del ancla del
temblor de Tu Carne y de la prisa de los Cielos. (1984)

TENGO LA CABEZA VENDADA (texto del hombre en la playa)

Allá atrás, en mi nuca, vi al blanquísimo desierto de esta vida de mi vida; vi
a mi eternidad, que debo atravesar desde los ojos del Señor hasta los
ojos del Señor. (1984)

ME HAN SACADO DEL MUNDO

Soy el lugar donde el Señor tiende la Luz que Él es.

ME HAN SACADO DEL MUNDO

Me cubre una armadura de mariposas y estoy en la camisa de mariposas
que es el Señor—adentro, en mí.

El Reino de los Cielos me rodea. El Reino de los Cielos es el Cuerpo de
Cristo —y cada mediodía toco a Cristo.

Cristo es Cristo madre, y en Él viene mi madre a visitarme.

ME HAN SACADO DEL MUNDO

"Mujer que embaracé", "Pabellón Rosetto", "Larga esquina de verano":

Vuelve el placer de las palabras a mi carne en las copas de unos eucaliptus
(o en los altos de "B.", desde los cuales una vez -sólo una vez- vi a una
playa del cielo recostada en la costa).

ME HAN SACADO DEL MUNDO

Manos de María, sienes de mármol de mi playa en el cielo:

La muerte es el comienzo de una guerra donde jamás otro hombre podrá ver
mi esqueleto.


Por Héctor Viel Temperley (1933-1987)